Con la llegada del invierno, nuestras camas se convierten en refugios cálidos y acogedores donde buscamos descansar y escapar del frío.
La clave está en el orden de las capas, aquí te compartimos las capas esenciales que no pueden faltar en una cama perfectamente equipada para el frío
Protector de colchón: la base del confort
Sábanas cálidas: el contacto directo cuenta
Edredón ligero o manta intermedia: el equilibrio perfecto
Comienza con un buen protector de colchón, no solo prolongará la vida útil del colchón, sino que también añadirá una capa extra de aislamiento contra el frío. Los protectores acolchados o con relleno son ideales para mantener el calor sin acumular humedad.
Las sábanas es la primera capa que entra en contacto con tu piel, así que elige materiales que brinden calidez y suavidad. La franela es una opción clásica para el invierno, ya que retiene el calor y es agradable al tacto. Si prefieres algo más ligero, opta por sábanas de algodón con un gramaje alto.
Edredón principal o cobertor: la estrella del invierno
Frazadas adicionales: el toque extra de calor
Cojines decorativos y almohadas: confort y estilo
El edredón es el corazón de una cama acogedora, escoge uno con relleno para garantizar calidez y ligereza. Si prefieres un look más sofisticado, un cobertor acolchado puede ser una alternativa elegante y funcional.
Con estas capas, tu cama no solo será un lugar cálido y cómodo durante el invierno, sino que también se convertirá en un rincón elegante y personalizado que invite al descanso.